Vio la discusión desde lejos. Ella, menuda, de pelo largo, delgada; él, grueso, polera musculosa, pelo muy corto a los lados, dejaba caer una trenza por el cuello. Pese a que por la distancia no escuchaba lo que decían, supuso por las gesticulaciones y aspavientos que los garabatos del varón volaban, mientras la chica miraba al suelo. Voló una cachetada derecha a la cara de la joven; ni siquiera alcanzó a protegerse y se inclinó hacia atrás, mientras se quejaba de dolor. Masculló algunas palabras, mientras se abalanzaba contra su pareja en una sucesión de un, dos, un, dos. Ninguno de los golpes con la mano empuñada que le dirigió llegó al blanco. Ni pensarlo, pues su estatura y físico nada podían contra aquel oso. ¿Cuál es la idea – pensó – de que una chica busque a un grandote? A esa hora, la céntrica calle viñamarina estaba repleta; las veredas habían sido ocupadas, como ocurre en época prenavideña, por cientos de vendedores ambulantes que premunidos de un
Blog que aborda tus inquietudes ortográficas, gramaticales y lexicales en español desde la perspectiva de un Profesor de Lenguaje y Comunicación. Ofrezco correcciones idiomáticas respaldadas por fuentes confiables. Encuentra respuestas a cuestiones gramaticales, participa en test, sumérgete en cuentos originales, explora análisis narrativos, adquiere nuevo léxico y descubre el origen de expresiones comunes, todo presentado con palabras sencillas.