X* era Profesor de Matemáticas. Joven, decidió estudiar Pedagogía nadie sabe por qué, ni él mismo. Tarde se dio cuenta de que ‘no tenía dedos para el piano’, pues los chicos se le iban ‘en collera’ y su energía inagotable consumía su paciencia al primer atisbo de revolución del desorden. A los eternos -¡Cállense!, ¡Siéntense!, ¡Trabajen!, se sumaban, sin piedad las correcciones de pruebas que lo hacían desvelar, corrige que corrige, mientras en su casa Morfeo se adueñaba de todos sus habitantes. Más encima, los avatares del destino lo hicieron Profesor Jefe: conoció – y renegó en el acto – las eternas reuniones de apoderados en las que, pese a los avisos por libreta y al inicio, no faltaba la mamá que le contaba historias dolientes de su hija o algún conflicto con una compañera. Así, la noche se desparramaba sobre la ciudad y su cerebro; pasaba enrabiado y su carácter comenzó a cambiar. No sé si fue este hecho o la acumulación de los anteriores, pero sí sé que a partir d
Blog que aborda tus inquietudes ortográficas, gramaticales y lexicales en español desde la perspectiva de un Profesor de Lenguaje y Comunicación. Ofrezco correcciones idiomáticas respaldadas por fuentes confiables. Encuentra respuestas a cuestiones gramaticales, participa en test, sumérgete en cuentos originales, explora análisis narrativos, adquiere nuevo léxico y descubre el origen de expresiones comunes, todo presentado con palabras sencillas.